Una bellísima doncella; unos amores culpables; un apuesto marino; una sirvienta negra; puñaladas en las sombras nocturnas de un jardín, y, por último, arrepentimiento y expiación: ¿cómo regatear los laureles de la gloria a la poetisa gaditana que reunía en sí tan patéticos factores? El fondo de sus composiciones casi siempre admira por su contenido apasionamiento.
En él, la autora, "respira por la herida".
Se hallan composiciones de esta magnífica poetisa en el Correo de Madrid y el Semanario de Cartagena (1787); luego, 1795 y 1796, en el Diario de Madrid. Entre los títulos más relevantes de su obra se cuentan Aviso a
una joven que va a salir al mundo, Deprecación... a su Purísima Madre María Santísima y Traducción del Hymno Stabat Mater.
María Gertrudis Hore Ley nació en Cádiz el 5 de diciembre de 1742, donde se hallaban establecidos sus padres Miguel Hore y María Ley, ambos irlandeses. Era tan bella, que sus conciudadanos. los gaditanos de la
segunda mitad del XVIII, la designaban con el apodo de "Hija del Sol".
El 15 de agosto de 1762 contrajo matrimonio en Cádiz con Esteban Fleming, del Puerto de Santa María. Al poco de casada, y durante un viaje de su marido a La Habana, María Gertrudis tuvo amores con un brigadier de
guardias marinas, el cual la visitaba valiéndose de la complicidad de una sirvienta negra. Una noche, y ya en el jardín de su casa en San Fernando, el brigadier fue apuñalado por dos desconocidos; la dama y la
sirvienta sacan el cadáver de la casa y limpian la sangre. Pero, al día siguiente, María Gertrudis ve a su amante desfilar al frente de sus marinos; cree volverse loca, y por loca la tienen las gentes a quienes clama
el horrendo suceso de la víspera. Entonces la "Hija del Sol" apela a la misericordia divina: escribe a su marido, confesando su culpa y suplicándole le permita retirarse a un convento. Por este motivo u otro
desconocido, lo cierto es que el 1º de junio de 1778 Esteban Fleming otorgó licencia para que su esposa tomara el hábito.
En enero de 1779, el obispo de Cádiz decreta que se coteje la letra de aquella licencia, por hallarse ausente el firmante, en América. Cumplióse el trámite, siguió la autorización episcopal, y el 11 de febrero de ese
año se celebraba en el convento de Santa María de Cádiz la exploración previa; el 13 del mismo, un año más tarde, se procedía la exploración para la profesión, que se realizó el día siguiente. En el convento, María
Gertrudis siguió cultivando la poesía, a la que se había mostrado muy aficionada en el mundo, y varias de sus composiciones aparecieron en el Diario de Madrid firmadas con las iniciales de su brillante apodo: H. D.
S. María Gertrudis Hore Ley falleció en el convento de Santa María de Cádiz el 9 de agosto de 1801.
La fama de la "Hija del Sol", durante varios años, nada tuvo que envidiar a ingenios de mayor magnitud. Es, la de María Gertrudis Hore Ley, una voz de acentos sinceros. Y esta sinceridad, esta pasión expresada
vibrantemente, es la que sitúa a la "Hija del Sol", aparte de la muchedumbre de versificadoras de su tiempo.
Y finalizaremos con los últimos versos de Avisos a una joven que va a salir al mundo: "Esta es Filena mía / la ignorante ambición de nuestro sexo; / a esta ruina impía / la incauta joven vuela / cuando al mundo se
entrega con exceso. / Huye de aquel embeleso / con que al alma la abisma, / y cuando en él vieres / evita sus placeres: / sé custodia severa de ti misma, / que si te encuentra fuerte, / perderá la esperanza".