Academias de Ferrol y Cartagena.
El intendente D. Manuel A. Flores propuso en 1774 la creación en Cartagena de una academia profesional para
ingenieros hábiles para la Marina, lo que aprovecharía a los cadetes de Cádiz para comprender mejor las
lecciones teóricas, pero la propuesta no plasmó en nada concreto.
El 31 de enero de 1776 se proyecta establecer una Compañía de Guardias Marinas en Ferrol y Cartagena, lo que se
determina el 13 de agosto del mismo año. El director de la de Cádiz, así como el primer maestro, tenían en un
principio categoría de jefe de escuadra. Los directores de las de Ferrol y Cartagena eran capitanes de navío y
estaban subordinados a la Academia de Cádiz, cuyo director se denominaba capitán-comandante. Asimismo, los
puestos de teniente, alférez y ayudantes de las dos nuevas Compañías tenían por lo general un grado inferior a
los similares de la Real Compañía gaditana. El número de profesores o maestros de las distintas enseñanzas, por
lo regular era de diez. En el aula de construcción de naves había un modelo completo de cada tipo de buque,
fabricado de tal manera que pudiesen separarse todas sus partes en piezas numeradas, con sus nombres y
proporciones, que el profesor explicaba una por una. Cada día se colocaban en su lugar únicamente las piezas
que correspondían a cada lección. De esta forma los alumnos aprendían todas las partes que componían el casco,
su nombre, situación y cometido.
El 21 de octubre de 1776 se nombra primer maestro de Cartagena a Jacinto Ceuti, procedente de artillería del
Ejército, y el 23 de diciembre siguiente a Cipriano Vimercati, para el mismo puesto en Ferrol. Vimercati
ocupaba a la sazón el puesto de primer profesor de la Academia de Artillería de Segovia y poseía profundos
conocimientos en historia de la arquitectura naval. El 3 de marzo de 1777 es nombrado segundo maestro de Ferrol
Domingo Marcell, procedente del Seminario de Nobles de Madrid.
El 25 de febrero de 1777 se dispone que 120 guardiamarinas formarán la primera promoción de las dos nuevas
Academias. Los 60 de la de Ferrol embarcaron en Cádiz a bordo del navío San Miguel, a cargo de Francisco Javier
Winthuysen Pineda, y los 60 de la de Cartagena, a cargo de José Mazarredo, embarcaron en los navíos San Eugenio
y Vencedor.
Los cadetes de la Compañía de Ferrol, entonces bajo el mando del capitán de navío Francisco Gil de Lemos,
fueron alojados provisionalmente en el viejo cuartel de batallones de Esteiro. En 1788 se inició la
construcción de un nuevo cuartel en el campo de San Roque, en el solar donde había existido un cuartel para las
brigadas de Artillería. En este lugar se instalaría posteriormente el parque municipal de Eduardo Ballester.
Las obras sufrieron muchas paralizaciones por dificultades económicas, hasta que una Real Orden firmada en San
Lorenzo del Escorial el 26 de diciembre de 1795, disponía su supresión por no ser un gasto necesario. Los
trabajos se suspendieron el 16 de enero siguiente, cuando las obras se hallaban muy adelantadas. Debido al
abandono en que se encontraba el edificio, los materiales se fueron deteriorando, siendo aprovechado el que se
hallaba en buen estado, para nuevas construcciones. Mientras se construía el nuevo cuartel, se había apreciado
que las torres del próximo convento de San Francisco podían obstaculizar la visión de los trabajos de prácticas
que los cadetes habían de efectuar en el Observatorio, sito en el cuartel como una dependencia del mismo, por
lo que las torres se construyeron más bajas de lo previsto.
Mientras tanto los guardiamarinas continuaban mal alojados en el viejo cuartel de Esteiro. El Observatorio con
el que contaban en éste, se instaló en 1785; no reunía las condiciones adecuadas y estaba dotado de escasos
instrumentos. Sin embargo fue de utilidad para instruir a los cadetes en los principios de la astronomía
práctica en sus relaciones con la navegación.
Los cadetes de Cartagena, bajo el mando del capitán de navío Domingo Navas, se instalaron en 1777 en una casa
que había sido propiedad del asentista D. Pedro Berjes, sita en la plaza de San Agustín. Por quiebra de su
propietario, el inmueble pasó a la Hacienda, según una Real Orden de 15 de octubre de 1767. El Observatorio
para práctica de los alumnos formaba parte de dicha finca.
Al objeto de erigir un cuartel de guardiamarinas más adecuado, el arquitecto Juan Villanueva trazó un plano
para un nuevo edificio en la Muralla del Mar, que el capitán de la Compañía Domingo Navas, previa aprobación
del comandante de Guardias Marinas José Mazarredo, remitió al Rey el 3 de julio de 1788. Bajo la dirección del
arquitecto Simón Ferrer se inician las obras el 25 de agosto de 1789. Por diversas circunstancias, abundando
las dificultades económicas, las obras sufrieron varias dilaciones, quedando definitivamente instalada la
Academia en septiembre de 1810. El edificio contaba con una torre central que formaba parte del Observatorio de
prácticas, y que sería casi destruida en la guerra 1936-1939, siendo posteriormente restaurada.
La creación de las Academias de Ferrol y Cartagena suscitaron criterios contrapuestos en lo referente a su
utilidad. Unos decían que realzaban la importancia de los Departamentos, así como facilitaban el ingreso de
nuevos futuros oficiales, mientras otros argüían que su creación había sido costosa, inútil y mal entendida,
pues ocasionaban triplicados gastos de cuarteles, academias, observatorios, así como exceso de plantillas de
oficiales, maestros, músicos y personal auxiliar. Añadían estos últimos: Si los guardiamarinas hasta 1776
-época de prosperidad de la Marina- se formaban en una sola academia, al igual que los cadetes de Artillería en
el Colegio de Segovia, ¿a qué venía esa desacertada división que sólo ocasionaba gastos a la Hacienda? Al fin
prosperó el segundo criterio, acordándose suprimir las Academias de Ferrol y Cartagena por resultar gravosas y
superfluas, conservándose sólo la de Cádiz y proponiéndose que en ésta se formasen 100 ó 120 cadetes. La
clausura de ambos centros se dispuso por Real Orden de 26 de septiembre de 1824.