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PLAYAS, SALINAS Y ESTEROS
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PARQUE NATURAL DE LA BAHÍA DE CÁDIZ

San Fernando se halla rodeado de marismas y esteros del Parque Natural de la Bahía de Cádiz. La variedad de ecosistemas presentes, dunas, marismas, playas, etc, permiten la existencia de formaciones vegetales muy
diversas. Además de la gran riqueza en invertebrados marinos (mejillones, almejas, camarones, langostinos) y de peces, destaca la variada avifauna que discurre por el parque natural ya que se trata de un punto casi
obligado de paso en las rutas migratorias de las aves. Aquí se localizan algunas de las colonias españolas más importantes de charrancitos, cigüeñas y avocetas. Es habitual la presencia de flamencos y espátulas. La pesca
y el marisqueo constituyen los principales recursos económicos tradicionales de la zona, potenciados con los cultivos marinos. La extracción de la sal es una actividad que se conserva en la región desde la época fenicia.
Of. Parque Natural Bahía de Cádiz
Coghen, 13 Tf. 956 59 09 71 / 956 20 31 87
PLAYA DE CAMPOSOTO

La playa de Camposoto, que se encuentra a unos 4 Km. del núcleo urbano, es una zona militar aún afectada por los planes de Defensa, pero que desde hace algunos años se habilita para su uso civil. Es precisamente esta circunstancia lo que hacen de ella una de las pocas playas vírgenes que quedan en la actualidad dentro del litoral andaluz. Forma parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y
carece de cualquier tipo de edificaciones en su entorno próximo a lo largo de sus 5 Kms. de costa.
Durante el verano cuenta con numerosos servicios como salvamento y socorrismo a cargo de Cruz Roja y Protección Civil, duchas y aseos, chiringuitos, además de una amplia zona de aparcamientos. La calidad de sus aguas y su finísima arena la han hecho merecedora de la Bandera Azul de las Playas Limpias de Europa.
Recomendamos el paseo hasta la punta del Boquerón, continuación de la playa isleña hasta la terminación del litoral en las inmediaciones del islote y Castillo de Sancti-Petri.
ISLOTE Y CASTILLO DE SANCTI PETRI

El islote de Sancti Petri se encuentra ubicado frente al caño de su mismo nombre y muy próximo a las costas de San Fernando y Chiclana, motivo por el que se entabló una larga polémica entre ambas poblaciones por su
pertenencia. El litigio parece decantado definitivamente a favor del municipio isleño, si bien aún quedan pendientes algunas cuestiones con respecto a su total propiedad por su dependencia del estamento militar.
El castillo o fortaleza que se erige en su escaso perímetro tiene reminiscencias míticas y parece ser el lugar donde se situaba el Templo de Heracles (latinizado como Hércules) y donde el forzudo héroe griego mató a
Gerión. Su pertenencia a Defensa ha impedido hasta ahora su aprovechamiento turístico.
LAS SALINAS

Durante los meses de verano el fuerte calor del sol hace que el agua del mar, que entra con las mareas a través de los caños, se evapore dejando la sal que contiene como residuo. Esta sal va cristalizando en estos
esteros o salinas de donde, acabado el proceso de evaporaciones sucesivas, se recoge y almacena.
Las salinas tienen compartimentos, con niveles de base diferentes y situados en el corazón de las marismas, que permiten el control y la circulación del agua hasta un sistema de compuertas. Los elementos
principales en una salina son: un caño de alimentación que introduce agua de mar, una superficie de almacenamiento o estero que se comunica a voluntad mediante compuertas -que suele usarse para el cultivo de peces- y una
superficie de preparación de la sal en la que el agua procedente del estero va aumentando de concentración salina. Ésta última se divide, a su vez, en tres zonas: el lucio, de mayor fondo, la retenida, de nivel medio, y
el periquillo, de menor profundidad, a los que sigue una superficie de cristalización, llamada tajería, compuesta por uno o varios estanques rectangulares de bajo fondo, los cristalizadores, donde se obtiene la sal por
evaporación del agua.
En los esteros se mantiene la industria de pescado tradicional siguiendo la costumbre de extraerlo mediante el proceso llamado "despesque". En las redes que arrastran pueden encontrarse especies de gran valor comercial
como doradas, robalos, lisas, lenguados y albures y otras muchas como anguilas o bailas, aunque últimamente se están desarrollando sistemas de "siembra" de alevines que permiten la cría selectiva.
LOS MOLINOS DE MAREA

En las zonas marismeñas afectadas por las mareas quedan aún en pie parte de las edificaciones de unos molinos de agua que utilizaron el movimiento de las mareas para aprovechar la energía del reflujo aplicada al arte de
la molienda. El sistema es sencillo e ingenioso, pues se trata de aprovechar la energía potencial del agua debido al desnivel de las mareas; en un lugar cercano al mar se construye un embalse o estanque para tener una
gran reserva de agua. Con la marea se llena el estanque y los caños; alcanzada la pleamar se cierran las compuertas y se espera a que baje la marea; cuando está vacía se suelta el agua del estanque a través de unos
túneles y ésta, mediante un mecanismo, hace mover las piedras del molino. Las piedras son dos, una fija llamada solera y otra móvil, la volandera, que lleva fijada un eje, la espada, que atraviesa la solera y termina en
el rodezno; éste es una pieza cilíndrica con unas palas llamadas álabes que es donde incide el caño de agua; para evitar movimientos laterales, el extremo de la espada se introduce en una especie de cajuela conocida con
el nombre de cama. El trigo se ponía en un depósito llamado tolva y pasaba entre las dos piedras, las cuales, por presión y por rotación, rompían el grano y lo hacían harina.
En San Fernando tenemos tres molinos de ese tipo, pues el Río Arillo, que es el más grande de la bahía y que podía moler hasta con doce piedras, forma frontera con el término municipal de Cádiz y pertenece a ese
Ayuntamiento. Los molinos de la Isla son el de Caño Herrera, el de San José y el del Zaporito. El molino de Caño Herrera está totalmente arruinado, pero se conserva en buen estado el estanque y la presa que son de piedra
ostionera. Del molino de San José se conservan algunos muros, el sótano del molino y varias piedras de moler. Del tercer molino, el del Zaporito, existe una magnífica maqueta en el Museo Municipal.
Textos, fotografías y diseños: Alfonso Estudillo Calderón - Copyright: Islabahia.com
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Mayo 2015.