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PRO - POÉTICA
Y te he visto...
por Luis Enrique Prieto
(Para Julio, desde la impotencia y el dolor)
Y te he visto encogerte con los días, sacudiendo el ánimo de sentirte vivo y trasparente, cabalgando
penas sin palabras detrás de silencios revocados, de miradas que se iban escapando al conjuro de
soledades de siempre, que se volvieron de carne y fuego con las canas.
Y he visto cómo el hueco, ese que has alimentado con cómodas ausencias, el que vestías de sonrisas de
colores y serpentinas de pólvora, se ha ido haciendo intraspasable, cómo empezaron a rodearte los
besos sin tocarte las mejillas bien cubiertas por humos de distancia, cómo al buscar las manos, y los
ojos, no encontraste más que sementeras de falsas muecas, tan poco cálidas como las que fuiste
sembrando desde tu vértigo.
Y sé que se te acaban las sorpresas. Que apenas te restan lunas en las que cantar romances posibles.
Que te aguardan noches y angustias difícilmente renovables y asumibles si no es desde el cariño.
Lo sé, veo tu bajada hacia el derrumbe, y no soy capaz de asir tu mano para compartir futuros
inmediatos. Veo tu espejo
ensombrecido y me angustia sentirme cerca de tu nada, incapaz de conjurar ni una milésima de esas
lágrimas que te rodean,
enloqueciendo de incomprensión y rabia.
¡Si al menos me dejaras trasmitirte la posibilidad de la esperanza!
¿No sabes que aún todo es factible, que sólo la muerte acaba con las risas, que sigue siendo tiempo
para el amor y la espera a
pesar de que las fuerzas se vayan envejeciendo con las horas?
¡Si al menos escucharas las cadencias del presente que resiste!
Tú, que me regalaste promesas en los días grises...
Tú, que me acompañas cada tarde más ausente...
Tú, que te vas, exilándote en la nada...
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