Tendinitis
La Tendinitis es la inflamación o irritación de un tendón, una especie de cordón formado por un haz de fibras conjuntivas que une los músculos a los huesos. Son afecciones muy comunes -sobre todo en los deportistas- y, a veces, muy
intensas y rebeldes a los tratamientos clásicos. De acuerdo a sus orígenes podríamos clasificarlas en tres categorías:
1ª) Tendinitis mecánicas y traumáticas.
Las primeras suelen ser consecuencias de una
actividad repetitiva que, con ocasión de
movimientos violentos o forzados, puede
producir desplazamiento de las
superficies articulares, tensando uno o varios
tendones y originando el consecuente dolor. Pueden
necesitar asistencia y cuidados de un
fisioterapeuta o, en casos más leves, recuperarse
por sí solos sin más complicaciones.
Las traumáticas, causadas por accidentes,
pueden necesitar procedimientos quirúrgicos
específicos por parte del traumatólogo para
restaurar la normalidad de articulaciones y
tendones.
En ambas formas el tratamiento
farmacológico suele ir encaminado a aliviar el
dolor y, al mismo tiempo, si la hubiera,
reducir la inflamación. Suelen usarse los
AINEs u otros analgésicos y, en algunos casos,
infiltraciones de glucocorticoides.
2ª)
Tendinitis inflamatorias.
Suelen ser una expresión local de enfermedades
reumatológicas y otras autoinmunes, por
ejemplo, la tendinitis aquílea en las
espondiloartropatías. Estos tipos suelen ser
recurrentes y pueden afectar a otros tejidos,
como la vaina del tendón (tenosinovitis) o la
bursa articular (bursitis). En todos los casos
el tratamiento va encaminado a frenar la
enfermedad que los causa -Artritis Reumatoide,
Psoriásica, Espondilitis, etc.-, que, al no
disponer de fármacos curativos, suelen
repetirse en el tiempo como una más de las
diversas manifestaciones de estas patologías.
3ª) Tendinitis por ensuciamiento.
Podemos considerar que su etiología es muy
similar a la anterior, si bien no conlleva
signos clínicos ni analíticos que relacione la
tendinitis con algunas de las enfermedades ya
dichas. Sin embargo, los tendinocitos, que
contienen células de origen fibroblástico
encargadas de fabricar las diversas
macromoléculas que necesita el funcionamiento
del tendón -proteoglicanos, glicoproteínas de
estructura, colágeno, etc.-, suelen ser
víctimas de un ensuciamiento progresivo por
moléculas bacterianas alimentarias que
proceden del intestino delgado. Las
consecuencias serán insuficiencias
cuantitativas o anomalías cualitativas de las
fibras tendinosas que se debilitan y aparecen
microfracturas. Su reparación es inarmónica y
suelen venir acompañadas de inflamación e
instauración de cicatrices y nódulos, o sea,
la tendinitis. Como a la anterior, el Régimen
Ancestral las hace remitir en la mayoría de
los casos.
El Régimen Ancestral
El profesor Seignalet relata varios casos
de las diversas tendinitis que trató -con un
éxito casi total- y admite
que en la etiología de las dos últimas juega un papel fundamental
el
ensuciamiento celular por macromoléculas procedentes de la ingesta alimentaria. Es
por ello que propone el Régimen Ancestral como terapéutica en el tratamiento.
Hay que tener en cuenta que
los daños causados antes de la adopción del Régimen
pueden ser, en muchas ocasiones, irreversibles, por lo que, en aquellos que llevaran
tiempo de
padecimientos, se puede hacer necesario completar los efectos del Régimen con
terapias correctoras o cirugía.