LA WEB de la ARTRITIS REUMATOIDE
  • Alfonso Estudillo

    REUMÁTICAS Y AUTOINMUNES

    TENDINITIS

    por Alfonso Estudillo

Tendinitis

La Tendinitis es la inflamación o irritación de un tendón, una especie de cordón formado por un haz de fibras conjuntivas que une los músculos a los huesos. Son afecciones muy comunes -sobre todo en los deportistas- y, a veces, muy intensas y rebeldes a los tratamientos clásicos. De acuerdo a sus orígenes podríamos clasificarlas en tres categorías:

1ª) Tendinitis mecánicas y traumáticas.

Las primeras suelen ser consecuencias de una actividad repetitiva que, con ocasión de movimientos violentos o forzados, puede producir desplazamiento de las superficies articulares, tensando uno o varios tendones y originando el consecuente dolor. Pueden necesitar asistencia y cuidados de un fisioterapeuta o, en casos más leves, recuperarse por sí solos sin más complicaciones.

Las traumáticas, causadas por accidentes, pueden necesitar procedimientos quirúrgicos específicos por parte del traumatólogo para restaurar la normalidad de articulaciones y tendones.

En ambas formas el tratamiento farmacológico suele ir encaminado a aliviar el dolor y, al mismo tiempo, si la hubiera, reducir la inflamación. Suelen usarse los AINEs u otros analgésicos y, en algunos casos, infiltraciones de glucocorticoides.

2ª) Tendinitis inflamatorias.

Suelen ser una expresión local de enfermedades reumatológicas y otras autoinmunes, por ejemplo, la tendinitis aquílea en las espondiloartropatías. Estos tipos suelen ser recurrentes y pueden afectar a otros tejidos, como la vaina del tendón (tenosinovitis) o la bursa articular (bursitis). En todos los casos el tratamiento va encaminado a frenar la enfermedad que los causa -Artritis Reumatoide, Psoriásica, Espondilitis, etc.-, que, al no disponer de fármacos curativos, suelen repetirse en el tiempo como una más de las diversas manifestaciones de estas patologías.

3ª) Tendinitis por ensuciamiento.

Podemos considerar que su etiología es muy similar a la anterior, si bien no conlleva signos clínicos ni analíticos que relacione la tendinitis con algunas de las enfermedades ya dichas. Sin embargo, los tendinocitos, que contienen células de origen fibroblástico encargadas de fabricar las diversas macromoléculas que necesita el funcionamiento del tendón -proteoglicanos, glicoproteínas de estructura, colágeno, etc.-, suelen ser víctimas de un ensuciamiento progresivo por moléculas bacterianas alimentarias que proceden del intestino delgado. Las consecuencias serán insuficiencias cuantitativas o anomalías cualitativas de las fibras tendinosas que se debilitan y aparecen microfracturas. Su reparación es inarmónica y suelen venir acompañadas de inflamación e instauración de cicatrices y nódulos, o sea, la tendinitis. Como a la anterior, el Régimen Ancestral las hace remitir en la mayoría de los casos.



El Régimen Ancestral

El profesor Seignalet relata varios casos de las diversas tendinitis que trató -con un éxito casi total- y admite que en la etiología de las dos últimas juega un papel fundamental el ensuciamiento celular por macromoléculas procedentes de la ingesta alimentaria. Es por ello que propone el Régimen Ancestral como terapéutica en el tratamiento.

Hay que tener en cuenta que los daños causados antes de la adopción del Régimen pueden ser, en muchas ocasiones, irreversibles, por lo que, en aquellos que llevaran tiempo de padecimientos, se puede hacer necesario completar los efectos del Régimen con terapias correctoras o cirugía.





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