LA WEB de la ARTRITIS REUMATOIDE
  • Alfonso Estudillo

    REUMÁTICAS Y AUTOINMUNES

    Sensibilidad al Gluten

    por Alfonso Estudillo

Sensibilidad al Gluten

La Celiaquía ya la describíamos en la página Enfermedad Celíaca (su denominación oficial) como un trastorno del sistema inmunológico ocasionado por una intolerancia al gluten -proteínas de los cereales como el trigo (gliadina), cebada (hordeína) y centeno (secalina)- en personas predispuestas genéticamente. Se caracteriza por una reacción inflamatoria que altera la mucosa del intestino delgado, atrofiando las vellosidades y deteriorando los enterocitos, y que se acompaña de una renovación acelerada de las células epiteliales de las criptas, todo lo cual dificulta la absorción de nutrientes. Afecta a un 1 % de la población europea (y casi el resto del mundo), aunque se sabe que es una enfermedad considerablemente subdiagnosticada. En las pruebas de susceptibilidad genética se suelen encontrar los genotipos HLA-DQ2 y el DQ8, específicos de la enfermedad, y en las serológicas Anticuerpos Antitransglutaminasa tisular humana de clase IgA (AAtTG) que, unidos, suponen un 100 % en su diagnóstico. El posible daño histológico -presente casi siempre- se suele determinar mediante biopsia duodenoyeyunal.

En la EC es muy importante realizar pruebas complementarias para el despistaje de posibles -y muy frecuentes- enfermedades asociadas o complicaciones. Normalmente, las enfermedades asociadas suelen preceder a la EC, aunque también pueden manifestarse simultáneamente, e incluso después de ella. Entre las más comunes están la Dermatitis Herpetiforme, Artritis Reumatoide y Psoriásica, Lupus Eritematoso Sistémico, Nefropatía por IgA, Síndrome de Sjögren, Fibromialgia, Diabetes Mellitus tipo 1 y Tiroiditis autoinmunes. Tampoco se debe descartar la enfermedad hepática. Entre las posibles complicaciones son a destacar el Linfoma no Hodgkin y algunos tipos de carcinomas.

Hasta aquí lo más relevante de la Enfermedad Celíaca. Quizás convendría describir también las diversas formas clínicas con que se presenta y que son aceptadas oficialmente por las autoridades de salud en España y en la práctica diaria por médicos y especialistas. Pero como, además de estas formas clínicas, su ámbito patológico se extiende a otros tipos no contemplados dentro de la EC, denominados Sensibilidad al Gluten, que comparten con ésta su origen, convencido de la enorme importancia que tienen estas entidades como gatillantes o precursoras de patologías tan conocidas como las asociadas referidas en el párrafo anterior, vamos a adentrarnos en los pormenores de estas otras formas clínicas que tienen en la alergia o intolerancia al gluten el mismo origen común.

Entre estas patologías no incluidas en la Enfermedad Celíaca tendríamos que citar la Alergia al Trigo (AT), el Síndrome del Intestino Irritable (SII) o la Sensibilidad al Gluten No Celíaca -y puede que algunas más, diferenciadas en signos clínicos y marcadores serológicos y genéticos-, pero como todas ellas tienen origen común en la especial sensibilidad al gluten, podemos englobar su estudio en la última forma citada (la SG, añadida hace pocos años al listado oficial internacional).


Sensibilidad al Gluten No Celíaca
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La Sensibilidad al Gluten No Celíaca (SG) o Enteropatía sensible al Gluten, abarca un amplio espectro en lo que a severidad de síntomas y lesiones histológicas respecta. Puede ser totalmente asintomática, paucisintomática o presentar una sintomatología casi indistinguible de la EC: molestias digestivas, manifestaciones extradigestivas, distrés postprandial, dolores articulares, calambres, adormecimiento de las extremidades, pérdida de peso, fatiga crónica, etc., si bien son negativos los marcadores séricos de anticuerpos antitransglutaminasa tisular y los del heterodímero HLA-DQ2 y DQ8 que apenas se encuentran en la mitad de los casos. La mucosa intestinal puede encontrarse deteriorada (Marsh 1 ó 2) o no presentar lesiones de ningún tipo.

Al igual que refiero de la Enfermedad Celíaca, la SG está considerablemente subdiagnosticada. Y si tenemos en cuenta la ausencia de síntomas dolorosos o molestos, que obligaría a la persona que la sufre a acudir al médico o a buscar información sobre los mismos, la cifra pasaría del 1 % estimado para la población global en la EC a un porcentaje altísimo. Y el por qué afecta el trigo y cereales afines a tan alto número de población merece una explicación que paso a contarles.

El consumo de trigo (Triticum) por los humanos comenzó hace unos 10.000 años en Mesopotamia. Aquella gramínea, derivada de la especie silvestre (Triticum boeoticum), pasó a cultivarse en una especie denominada escaña o trigo Einkorn. Este trigo, el abuelo de todos los actuales (se encontró en el colon de Otzi, la momia del hombre de hace 5.300 años hallada congelada en los Alpes en 1991), contaba con 14 cromosomas, pero las múltiples hibridaciones sufridas a lo largo de su historia y su compleja morfología genética lo han convertido en una especie que cuenta ahora con 42 cromosomas. Si, además, le añadimos que todas sus características internas y bioquímicas han sido modificadas por la ingeniería genética en los últimos años, tenemos claro que es una especie completamente diferente a la que comieron nuestros ancestros. Y no sólo es irreconocible por nuestro metabolismo, sino que, como podemos comprobar por las alergias e intolerancias -en sus grados más altos- o las afecciones más o menos severas de casi la totalidad -y digo bien- de la población, se nos demuestra de manera fehaciente que las actuales características bioquímicas de las proteínas del trigo y afines son tóxicas o, en mayor o menor grado, nocivas para los humanos.

Los diversos estudios e investigaciones que he realizado en los últimos tiempos, entre los que destaco las teorías y descubrimientos del Dr. Tom O'Bryan, especialista con muchos años de investigación en todas las problemáticas de la celiaquía, y el Dr. William Davis, cardiólogo e investigador en áreas de la nutrición, ambos norteamericanos, me llevan a la conclusión de que el gatillante o precursor principal en las enfermedades autoinmunes, reumatológicas, neurológicas y de ensuciamiento en general, es esa sensibilidad al gluten, es decir, a las proteínas del trigo, cebada y centeno. Esta hipersensibilidad -que puede cursar totalmente asintomática-, causa lesiones en las microvellosidades del intestino haciéndolo más permeable y dejando con ello una puerta abierta a péptidos y macromoléculas que, al paso del tiempo, provocarán la reacción y surgimiento de la enfermedad a la que se está predispuesto genéticamente. Y ésta, llámese Artritis Reumatoide, Diabetes Mellitus o Parkinson, se presentará, lógicamente, con toda su carga de manifestaciones, dolores y deterioros físicos.

No hay fármacos, vacunas ni absolutamente nada que pueda neutralizar sus efectos nocivos y patogénicos. Sin embargo, con la total exclusión del gluten de nuestra dieta conseguimos detener toda acción dañina y que el intestino se regenere y recupere su permeabilidad normal. Llegados a este estadio, si ya hubiera presencia de otra enfermedad, creo que conseguiremos que el Régimen, con la exclusión del resto de alimentos nocivos, actúe en toda su capacidad.

El afectado por cualquier tipo de Sensibilidad al Gluten, no sólo debe excluir todos los cereales con gluten en sus diversas formas, sino tener especial cuidado con infinidad de productos que incluyen estos cereales entre sus componentes. Y que afecta aún en proporciones mínimas.

Por su morbilidad y cada vez más alta incidencia (a pesar de que no se conocen -o reflejan- sus verdaderas tasas), podemos considerar al gluten como el componente nutricional más nocivo de cuantos componen nuestra dieta actual. Pero no el único. Por ello, otro factor a tener en cuenta es que algunos de las afectados por la SG -tal como ocurre con la Enfermedad Celíaca- no se curan con la sola exclusión de alimentos con gluten, mostrando una manifiesta intolerancia a otros alimentos, como el maíz, la leche, los huevos, etc. Por tal causa, pasado un tiempo sin que se observara una clara y contundente mejoría, y para tratar de descubrir a cuáles alimentos se es intolerante, podría ser necesario someterse a un Test de Intolerancia a los Alimentos -siempre en laboratorios cualificados y de completa confianza-, al objeto de excluirlos también.



El Régimen Ancestral

Teniendo en cuenta que la Sensibilidad al Gluten No Celíaca es una patogenia que estaría presente desde mucho antes de que diera comienzo cualquier enfermedad autoinmune, heteroinmune o de ensuciamiento en general -posiblemente, asintomática y sin malestares o dolores que nos obligara a requerir asistencia médica-, lo más probable es que pasemos buena parte de nuestra vida acumulando deterioro intestinal (que nos precipitará más adelante a la aparición de la enfermedad que nos reserva nuestra predisposición genética). Por tal circunstancia, es poco probable que nadie vaya a recurrir al Régimen en esos comienzos. Por otro lado, y aunque excluir todos los alimentos nocivos desde que nacemos sería magnífico para nuestra salud, consideramos que en los casos en que el estado patológico viene ocasionado exclusivamente por la hipersensibilidad a las proteínas del trigo y afines, el seguimiento del Régimen en su totalidad no sería necesario. Lo único realmente imprescindible en esos comienzos sería la exclusión del gluten.

Pero, como esta sola exclusión no nos haría inmunes a que, andando el tiempo, se nos presentara alguna enfermedad -normalmente, la inducida por nuestra predisposición genética-, si queremos curarnos de ella, estaríamos obligados a recurrir al Régimen Ancestral y seguirlo con total fidelidad.


Observaciones y Notas finales. 20 de Octubre de 2014

Esta página va a permanecer abierta en tanto no obtengamos suficientes resultados en la práctica con los pacientes que ya comienzan a seguir esta nueva pauta de exclusión total del gluten. Si estos resultados -tal como espero- vienen a demostrarnos que dicha exclusión es capaz de mejorar, tanto el tiempo de remisión de los afectados por las enfermedades ahora tratadas con el Régimen, como la falta de respuesta o tardanza en la misma que ahora observamos en algunos pacientes -que suele ser considerable en afectados por Artritis Psoriásica y otras espondiloartropatías-, consideraríamos que -por fin- hemos encontrado esa mínima pero importantísima parte que faltaba en el Régimen para conseguir remisiones rápidas y efectivas. Lógicamente, pasaría a formar parte de la redacción del mismo como una más de sus exclusiones de obligado cumplimiento.

El tiempo y la experiencia diaria nos lo dirá. Supongo que necesitaremos al menos un año para obtener certeza de su implicación en las patologías más habituales y, posiblemente, algo más en las más refractarias. Mientras tanto, daré cuenta en esta página de las consideraciones, actualizaciones correcciones o conclusiones que vaya observando en las respuestas de los pacientes.






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