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  • Alfonso Estudillo

    Enfermedades de ensuciamiento

    Blefaritis

    por Alfonso Estudillo

Blefaritis

La Blefaritis, aunque no se tiene ninguna constancia clara de qué la causa, se le reconoce una base genética y multitud de clasificaciones, dependiendo éstas de sus manifestaciones clínicas y de los agentes patógenos o ciertas enfermedades relacionadas con las mismas. No parece tener relación con procesos autoinmunes, pero sí podría estar relacionada con los de ensuciamiento y eliminación, y una prueba de ello es su alta incidencia en paciente con Dermatitis Seborreica. Y es por ello que la traemos a estas páginas, porque, aunque no sea un claro objetivo terapéutico para el Régimen Ancestral, he podido comprobar por experiencias propias que éste, complementado con Omega-3 y rigurosas normas de higiene, parece conseguir una remisión bastante efectiva.

La Blefaritis es un proceso inflamatorio agudo o crónico, insidioso y persistente, que tiene lugar en los párpados, fundamentalmente en sus bordes. Suele ser bilateral, aunque no con total simetría en ambos ojos. Son uno de los procesos más frecuentes en la práctica clínica y su manejo suele llevar mucho tiempo. Su diagnóstico, debido a las múltiples causas, no siempre es preciso y su tratamiento terapéutico suele ser con frecuencia ineficaz, con múltiples recaídas que terminan desmoralizando al paciente y al médico que las trata.

La Blefaritis causa irritación, enrojecimiento y escozor o ardor en los ojos. Estas molestias pueden ser más o menos graves o insidiosas y pueden estar asociada con una infección ocular bacteriana, síntomas de ojo seco, o ciertos tipos de enfermedades. Estas condiciones pueden incluir:

• El mal funcionamiento de las glándulas sebáceas del párpado (glándulas meibomianas).
• La Dermatitis Seborreica (caspa del cuero cabelludo y las cejas).
• La Rosácea (enfermedad de la piel que causa el enrojecimiento de la cara).
• Ácaros en las pestañas (pequeños organismos en los folículos de las pestañas).
• Reacciones alérgicas a los cosméticos o medicamentos.

En la exploración de los bordes palpebrales se pueden encontrar los siguientes signos:

• Hiperemia y telangiectasias.
• Costras o escamas duras y blancas, o blandas y amarillas, alrededor de las pestañas.
• Úlcera sangrante al arrancar la pestaña (Blefaritis estafilocócica).
• Pestañas grasientas y adheridas entre ellas (Blefaritis seborreica).
• Glándulas de Meibomio dilatadas (seborrea meibomiana o meibomitis).
• Tilosis (margen irregular y engrosado del párpado).
• Orzuelos externos por extensión infecciosa a las glándulas de Zeis o Moll.
• Complicaciones como: Triquiasis (pestañas que se dirigen hacia adentro), Distiquiasis (pestañas que nacen ectópicamente), Madarosis (pérdida de pestañas) y Poliosis (pestañas blancas).
• Por inestabilidad de la película lagrimal aparecen Queratitis punteadas en 1/3 inferior de la córnea, papilas en conjuntiva tarsal superior, úlceras marginales o catarrales y flicténulas.

Dos complicaciones muy comunes en las Blefaritis, que agravan mucho las molestias, son el orzuelo y el chalazión.

• El orzuelo es una protuberancia irritada cerca del borde del párpado causado por el folículo infectado de una pestaña.

• El chalazión es el agrandamiento de una glándula sebácea en el párpado. Se forma cuando una glándula sebácea llamada glándula de Meibomio se agranda y la apertura de la glándula se obstruye debido a la grasa.

Ambos tipos suelen drenar por sí solos, pero, si persisten, debe ser el oftalmólogo quien proceda a drenarlos mediante un ligero corte.


DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO

No vamos a entrar en describir la multitud de clasificaciones que encontramos en la Blefaritis por su gran extensión y porque consideramos que es labor del oftalmólogo, tras una correcta exploración y estudio, establecer las causas justas para su diagnóstico y oportuno tratamiento.

Repetimos que la Blefaritis, por lo general, suele ser una condición crónica con, según científicos y médicos especialistas, escasas expectativas de curación. Sin embargo, un correcto y adecuado tratamiento puede minimizar sus efectos hasta hacerlos imperceptibles por tiempos prolongados.

Fundamental en el tratamiento de todo Blefaritis es una rigurosa y continuada higiene palpebral. La limpieza debe hacerse cada día con agua templada y jabón neutro o champú para niños.

La aplicación de compresas mojadas en agua templada son necesarias una o varias veces al día. Ayudan a fluidificar la grasa meibomiana para facilitar su salida. También ligeros masajes con el pulpejo de los dedos sobre los párpados cerrados facilitarán su remoción y expulsión.

Si existen ojos secos se deben usar lágrimas artificiales de buena calidad y sin conservantes. Debe ser el oftalmólogo quien aconseje el tipo adecuado.

Los antibióticos, tales como tobramicina, cloranfenicol, eritromicina, tetraciclinas, eritromicina, etc. de uso tópico, facilitan la eliminación de la  infección bacteriana y pueden usarse los asociados con corticoides. Los antibióticos orales deben ser usados sólo a criterio del médico.

Un complemento que parece tener muy buena influencia en la remisión es el ácido Omega-3. Debe tomarse una o dos cápsulas cada día (al menos un mes), preferiblemente las de krill.

Si se observa una gran pérdida de pestañas (Madarosis), podemos ayudar a su regeneración con aceite de ricino. Se puede aplicar cada noche inmediatamente antes de disponernos a dormir para evitar las posibles molestias que podría causar durante el día. Suele ser efectivo y, en no mucho tiempo, se advierte que las pestañas vuelven a crecer. Así he podido observarlo en mi caso.

Y, respecto al Régimen, si bien, como ya digo al principio, no sería capaz por sí solo de resolver la situación y hacer remitir la Blefaritis, estoy seguro de que al evitar el ensuciamiento que nos causan la mayoría de los alimentos, es un magnífico coadyuvante para acabar con todas las manifestaciones clínicas de esta fastidiosa enfermedad.


Añadido Agosto 2016.

Como verá, en las descripciones de diagnóstico y tratamiento dados hasta aquí son los tipos clásicos y únicos reconocidos, divulgados y tratados por la Medicina oficial aquí en España. Faltaba la forma más habitual que es la Blefaritis por ácaros. Con este añadido corregimos el error.

Si Vd. padece una Blefaritis crónica resistente a los tratamientos habituales, podríamos decir casi con total seguridad que los que padece es una Blefaritis por ácaros. Es un tipo de Blefaritis que se conoce desde hace muchos años, y que se sabe de su altísima incidencia, pero que, no sabemos por qué, no se habla de ella en los estamentos oficiales, ni se diagnostica ni se ofrece el adecuado tratamiento.

Mi primer consejo es que intente contactar con un profesional especialista en Oftalmología que acepte su caso y proceda a su tratamiento.

Pero, por si no lo encuentra, en la página Blefaritis por ácaros. Cura definitiva tiene una descripción completa de la misma y una explicación paso a paso para que intente curársela Vd. mismo.




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