TRASTORNOS METABÓLICOS (4)
Sobrepeso y obesidad.
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que, en la casi totalidad de los casos, suele ser perjudicial para la salud. La causa fundamental es un desequilibrio energético entre las
calorías consumidas en la dieta diaria y las gastadas por nuestro organismo. Por lo general deviene de una alimentación inadecuada, poco saludable y, frecuentemente, más copiosa de lo necesario, lo que suele conllevar un aumento en la ingesta de alimentos hipercalóricos,
ricos en grasas y azúcares y pobres en vitaminas, minerales y otros micronutrientes. A ello se une un marcado descenso en la actividad física como resultado de las cada vez más sedentarias formas de trabajo, modos de desplazamientos
y, por lo general, escasez de medios y tiempo para la práctica de los debidos ejercicios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), junto con diversas notas descriptivas acerca del sobrepeso y la obesidad, nos da datos y cifras sobre la incidencia de ambas patogenias en la población mundial. Algunas de sus estimaciones
son las siguientes:.
- En 2014, más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales más de 600 millones eran obesos.
- En general, en 2014 alrededor del 13% de la población adulta mundial (un 11% de los hombres y un 15% de las mujeres) eran obesos.
- En 2014, el 39% de los adultos de 18 o más años (un 38% de los hombres y un 40% de las mujeres) tenían sobrepeso.
- La prevalencia mundial de la obesidad se ha multiplicado por más de 2 entre 1980 y 2014.
En 2013, más de 42 millones de niños menores de cinco años de edad tenían sobrepeso. Si bien el sobrepeso y la obesidad tiempo atrás eran considerados un problema propio de los países de ingresos altos, actualmente ambos trastornos
están aumentando en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos urbanos. En los países en desarrollo con economías emergentes (clasificados por el Banco Mundial en países de ingresos bajos y medianos) el
incremento porcentual del sobrepeso y la obesidad en los niños ha sido un 30% superior al de los países desarrollados.
En el plano mundial, el sobrepeso y la obesidad están relacionados con un mayor número de defunciones que la insuficiencia ponderal (por debajo del peso normal). La mayoría de la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más
vidas que la insuficiencia ponderal (estos países incluyen a todos los de ingresos altos y la mayoría de los de ingresos medianos).
Para saber si nos afecta alguna de estas patogenias tenemos el índice de masa corporal (IMC), un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que sirve para identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos. Se
calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
La definición de la OMS es la siguiente:
Un IMC igual o superior a 25 determina sobrepeso.
Un IMC igual o superior a 30 determina obesidad.
El IMC proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, puesto que es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, hay que considerarla a título indicativo porque es
posible que no se corresponda con el mismo nivel de grosor en diferentes personas.
Las consecuencias comunes del sobrepeso y la obesidad para la salud son muy diversas. Entre ellas destacan las siguientes:
- Enfermedades cardiovasculares, principalmente cardiopatías y accidente cerebrovascular, que crecen año tras año como causa principal de defunción.
- Diabetes tipo 2 y otras enfermedades endocrinas.
- Trastornos del aparato locomotor, en especial la osteoartritis, una enfermedad degenerativa de las articulaciones muy discapacitante, y algunos cánceres (del endometrio, la mama y el colon).
El riesgo de contraer estas enfermedades no transmisibles crece con el aumento del IMC.
La obesidad infantil se asocia con una mayor probabilidad de obesidad, muerte prematura y discapacidad en la edad adulta. Pero además de estos mayores riesgos futuros, los niños obesos sufren dificultad respiratoria, mayor riesgo de
fracturas e hipertensión, y presentan marcadores tempranos de enfermedad cardiovascular, resistencia a la insulina y efectos psicológicos.
Seignalet, si bien muy escuetamente, nos referencia el sobrepeso y la obesidad dentro de la serie dedicada a los trastornos metabólicos con lo siguiente:
"No he propuesto el régimen ancestral inicialmente para corregir el sobrepeso o la obesidad. Pero es un hecho que la dieta hace que adelgacen 4 personas de cada 5. La pérdida de peso es lenta, del orden de un kilo cada 15 días, y
la media de pérdida final es de 5-7 kilos. En algunos individuos puede ser mucho más acusada. A largo plazo es frecuente un pequeño aumento de peso.
Para los sujetos motivados y bien organizados, es relativamente fácil practicar para el resto de su vida el nuevo modo nutricional que han adoptado. Este no es el caso de los regímenes draconianos ordinariamente prescritos en los
excesos de peso. Son demasiado duros para ser mantenidos permanentemente y, en cuanto se dejan, el paciente suele engordar de nuevo.
El régimen hipotóxico no está basado en la restricción de calorías ni en un cambio de las proporciones glúcidos / lípidos / prótidos. Probablemente actúa limpiando algunos engranajes enzimáticos que estaban bloqueados, lo que permite
catabolizar algunos lípidos."
* * *
El Régimen Ancestral.
Poco puedo aportar a lo que ya nos refiere Seignalet, pero, completamente de acuerdo con su exposición, pienso que los efectos del Régimen son bastante eficaces en personas con sobrepeso. Puedo dar fe de ello, puesto que yo mismo, a
pesar de haber sido siempre muy moderado y frugal en mis comidas, pasé de pesar 84 kg. antes de iniciar el Régimen (mido 1.76), a 72 kg. pasados dos o tres años de seguimiento. Posteriormente, tras comprobar que se podía subir de peso con sólo
hacer algo más abundante la ingesta diaria, decidí volver a la frugalidad y mantenerme algo más delgado.
Y aprovecho estas notas para insistirle a todos aquellos pacientes que me han comunicado la pérdida de varios kilos con el seguimiento del Régimen (ocurre porque azúcares, carbohidratos, proteínas y otros nutrientes nocivos de
origen básico son los primeros en pasar a formar acúmulos de grasas), que se puede revertir la pérdida ocasionada por la exclusión con sólo aumentar la ingesta de los alimentos que forman nuestra actual dieta. Es tan sencillo como efectivo.