LA WEB de la ARTRITIS REUMATOIDE
  • Alfonso Estudillo

    LOS ALIMENTOS A EXAMEN

    FRUTAS Y VEGETALES

    por Alfonso Estudillo

FRUTAS Y VEGETALES

Me dice una paciente de AR en su consulta que había estado buscando en la sección dedicada a los alimentos y no había encontrado nada sobre si vegetales como el tomate, pimiento, berenjena y otras hortalizas estaban prohibidas o no eran recomendables (como había leído en alguna web).
 
Ciertamente, no había tenido en cuenta el comentarlas en Los alimentos a examen. El motivo no es otro que, simplemente, no es necesario someterlas a ningún examen, toda vez que TODAS SE RECOMIENDAN, no hay ninguna fruta u hortaliza de las que consumimos habitualmente que esté prohibida o considerada como no recomendable en el Régimen Ancestral.
 
El motivo de encontrarlas en algunas webs dedicadas a divulgar o fomentar una alimentación sana, algunas llevadas por nutricionistas o con artículos firmados por autores con conocimiento del tema, otras un horror, con enormes contradicciones y llevadas, muy posiblemente, por personas con más voluntad que aciertos, no es otro que, pienso, el que se deriva de años -o siglos- viendo cómo la Medicina se muestra totalmente incapaz de aportar una solución eficaz a la curación de multitud de enfermedades. La idea de aportar soluciones, siquiera mínimas, por medio de la alimentación -ya se ve, no es nueva- existe desde el principio de los tiempos. Sin embargo, y sin rechazar la certeza de muchas de las sugerencias o consejos que suelen darse en ellas -generalmente, fruto de las propias experiencias de las personas a lo largo de muchísimos años-, no podemos decir otra cosa que, actualmente, gracias a la aportación de investigadores como Menetrier, Kousmine, Burger o Fradin, y, muy principalmente, las del admirado profesor galo Jean Seignalet, las posibles mejorías que pudieran aportar a nuestra salud el dejar de comer tomates, berenjenas o pimientos para nuestros padecimientos -o, por el contrario, que los mismos son muy recomendables para el cáncer de mama u otros-, quedan un tanto obsoletos ante la demostrada bondad de las dietas y fundamentos científicos de los referidos autores.
 
Para dejarlo más claro, tendríamos que decir que los posibles efectos adversos de hortalizas como las citadas solanáceas, tomates, berenjenas o pimientos, las ricas en oxalatos, como el ruibarbo, las espinacas o la remolachas, las ricas en purinas, habas, coliflores, espinacas, espárragos, guisantes y champiñones -consideradas hasta ahora como activadoras o empeoradoras de los ataques artríticos-, sin apartarnos de su lógica y de las posibles mejoras que aportarían apartarlas de nuestra dieta cuando no se dispone de otra cosa, no tienen absolutamente ninguna incidencia adversa -ni en la AR ni en ninguna otra patología-, cuando disponemos de soluciones tan estudiadas, argumentadas y experimentadas como el Régimen Ancestral..
 
Considero que he de hacer una especial mención a la patata porque no viene citada por Seignalet, ni en los alimentos prohibidos ni en los recomendados por el Régimen, cosa extraña siendo el cuarto alimento en consumo del mundo, después del trigo, el arroz y el maíz (supongo que no lo haría por simple olvido al considerarla inocua como las demás especies de su familia, o quizás a la espera de completar algún estudio o investigación que clarificara cualquier posible duda).
 
La patata, o papa, es un tubérculo de la familia de las solanáceas, la misma que el tomate, el pimiento o la berenjena (y el tabaco), con miles de especies que se cultivan y consumen en todo el mundo desde tiempo inmemorial, y que por su composición, en su mayor parte almidón y carbohidratos, y un alto contenido en vitaminas y minerales, no cuenta con nada que la descalifique como alimento saludable (la solanina, un glucoalcaloide tóxico presente en la patata, además de eliminarse en su mayor parte con el pelado, se destruye con la fritura y en parte con la cocción). Hay que añadir que no suelen encontrarse variedades transgénicas, pues todos los intentos que se hicieron en ese sentido fracasaron. Además, grandes empresas comercializadoras de patatas, entre ellas McCain, en 1999, se negaron a comprarlas y procesarlas, por lo que se desistió de continuar investigando y cultivando patatas transgénicas.
 
Particularmente (con cierta reserva, y a la espera de poder someterla a pruebas que me aporten mayor seguridad), no considero que deba prohibirse en el Régimen. La comía antes y durante mi curación y sigo comiéndolas con frecuencia en guisos (15 minutos de cocción a 100 º) o fritas (en aceite de oliva virgen extra y con apenas un ligero doradito) sin que, hasta la fecha, pueda pensar que aporte ningún efecto negativo en mi alimentación.
 
Así, pues, introduzcan en su dieta verduras y hortalizas de todo tipo. Y frutas del tiempo variadas, todas las que podamos adquirir en nuestro entorno, mejor en lonjas, plazas de abastos y fruterías que las de los supermercados. El motivo es que, si vivimos en pueblos o ciudades pequeñas, las frutas y hortalizas pueden venir directamente de pequeños agricultores que las cultivan de forma artesanal -y con mucho cariño- en sus huertos hasta que están maduras para su venta, mientras que las segundas proceden, por regla general, de cultivos intensivos donde, sometidas a todo tipo de abonos químicos y fitosanitarios, y recolectadas verdes para su almacenado y distribución, lo único que prima para las industrias propietarias es una mayor producción y un mayor beneficio.
 
No se priven de comer frutas y vegetales en abundancia. De todos. Pero, si necesita curarse de su artritis reumatoide u otra patología, no olvide seguir fielmente todas las recomendaciones que se dan en el Régimen Ancestral.




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